Un hermoso dia soleado, fui a comer con mis papas a un restaurante muy famoso. Pinche restaurante, estaba llenisimo. Yo, inteligentemente, decidi llevarme mi mas nueva adquisicion: al ultimo libro de Harry Potter. Me sente a leer mientras veia las caras de aburricion de mis papas y de mi hermano; lo que me hacia sentir bastante satisfaccion. Pero, cuando abri el libro, me di cuenta de dos cosas: de que ese no era mi separador de paginas y de que yo no estaba en esa pagina. Pero la verdad no le di mucha importancia y me pase al capitulo que habia empezado esa manana.
Cuando, despues de varios siglos, nos llamaron a la mesa, olvide el libro sobre la mesita llena de revistas inutiles. De repente escucho que mi mama grita:
- Alin, corre, ese hombre se esta llevando tu libro!!
Yo, como una verdadera estupida, no dude del instinto de mi madre y corri atras del hombre que tenia mi libro. Llegue valientemente con el y le dije:
- Senor. Ese es mi libro.
- No jovencita es el mio.
Agarrando el libro con ambas manos, y con una voz llena de determinacion dije:
- Senor. Deme el libro y nadie saldra herido.
Me llevo Harry Potter muy en serio. Es un ritual sagrado leer la maravilla que ha creado J.K. Rowling.
- Senorita, es MI libro
- No, es mio!
- MIO!
- MIO!
Y ahi estabamos. Dos idiscutibles fans de Harry Potter, peleando por la posesion de un libro milagroso! Era el ultimo libro, habia hecho una fila de cinco horas a la media noche afuera de una libreria fria, no me iba a rendir.
Hasta que abrio la primera pagina, mostrando su nombre grabado.
En ese mismo momento mi papa llego corriendo diciendome que habia dejado mi libro en el carro. INCREIBLE!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario