lunes, 12 de diciembre de 2011

Reto: 10,000 palabras.

Les mando un adelanto de la historia que he creado!! mandenme sus comentarios y sugerencias!!

Eliza se ponía lentamente las zapatillas de ballet mientras miraba hacia afuera, deseosa de estar en otro lugar, en otro momento. Los pies le palpitaban a cada paso que daba, hasta que sintió alivio al llegar a la barra, donde pudo recargar al menos algo de su peso. Giro su cabeza alrededor de su cuello, liberando un poco de la tensión que sentía acumulada en aquella zona, esperando que eso la ayudara a relajarse un poco. Sus hombros, tensos, estaban duros como piedras y su estomago, revuelto. Miro sus piernas, fuertes, marcadas por tantos millones de plies a lo largo de su vida que había perdido la cuenta. Su falda negra apenas le cubría, y con el frio que hacía, solo podía confiar en que sus calentadores la protegieran un poco. Intento hacer un débil plie, pero sus piernas se negaron al instante. Su pierna derecha temblo con tal fuerza que casi la tira. Solto un inaudible grito de dolor seguido de llevar su mano hacia la rodilla derecha, la cual froto con fuerza. Aun estaba agachada sobre su pierna cuando escucho las campanitas de la puerta tintinar.
Un hombre alto, corpulento y algo misterioso entro en el aula de ballet. No dijo nada por algunos minutos. Eliza entrecerró los ojos para poder notar algo familiar en la figura que había entrado, pero no lo logro. Su primer instinto fue preguntar al aire: “Puedo ayudarle en algo señor?”, pero no hubo ninguna respuesta. Pasaron algunos segundos antes de que Eliza pudiera volver a preguntar “señor?” en voz alta, pero aun asi, no obtuvo ninguna respuesta. No sabia si acercarse o mantenerse lejos, pero ciertamente la figura misteriosa noto el conflicto en el que se encontraba. Ella volvió a llamar al hombre, pero sin ninguna respuesta, decidió avanzar hacia el. Con cada paso que daba, la figura se volvia mas obscura y sentía su corazón latir cada vez mas fuerte. Cuando pensó haber llegado a donde el hombre se encontraba, no había nadie ahí.

3 comentarios:

  1. ¿La escena recuerda un poco al cisne negro, no? El motivo de la inocencia, o la mujer o el talento atormentado por las sombras es un motivo moderno e importante. Desarrollar la historia más sería interesante si se centrara en la vida de la bailarina y aquellos efectos que hacen que las sombras surjan. Las sombras viven en ella, pero es lógico que no sean reales... a menos de que se describan como reales a partir de un escenario psicológico. Las sombras de hecho son reales para ella, pero tienen que formarse y aparecerse detrás de un mecanismo más complicado. La sombra finalmente podría desaparecer, pero la desaparición debería de venir al final... después de haber trabajado y explotado mucho más su relevancia en la trama. Lógicamente el fragmento es muy corto para poder "mantener" una trama, pero en un experimento más largo el tema central de la historia tendría que ser el esfuerzo y el dolor de la bailarina y como hace surgir a su sombra. Por otra parte la narrativa está bien escrita y es clara.

    ResponderBorrar
  2. Como ejemplo, una obra maestra en alrededor de 10 mil palabras:
    http://www.miguelmllop.com/stories/stories/bananafish.pdf

    ResponderBorrar
  3. La atormentó una preocupación aún mayor a la que ya sentía y se preguntaba si ese hombre podría tener algo que ver con el fallo de sus piernas. Sentía frio el aire aun tratándose de una calurosa tarde de verano, se volteó nuevamente para regresar a la barra donde sus preocupaciones podían desaparecer y donde el mundo era simple y sencillo. ¡Pero lo vio de nuevo! Estaba el hombre ahí parado, reflejado por el espejo y podía ver claramente la paz que reinaba en el rostro del hombre, tan corpulento y tan pacífico, tan lleno de misterio que causaba un sin fin de contradicciones. Eliza volteó, el hombre seguía ahí, parado, observándola tranquilamente sin abrir la boca, sin decir nada. Eliza lo observó por unos instantes que parecieron ser minutos, cuando se disponía a finalmente decir algo, un segundo hombre entro al salón, a diferencia del primer hombre corpulento pero pacífico, con mirada amable, el segundo hombre era chaparro y enclenque pero con una mirada de malicia y soberbia que no cabía dentro de aquella estancia. No cabía duda que la presencia de esos dos hombres salía por completo de lo normal pero después de un día tan traumático para Eliza, ya no sabía cómo reaccionar.

    ResponderBorrar